lunes, 2 de abril de 2012

Solo cuando hay tristeza...

Pensé que podía ser distinto, pero sólo escribo cuando hay lágrimas, confusión, decepción o melancolía.
Quería aprender a escribir cuando estuviera alegre, dichosa; pero no lo sé hacer. Porque cuando estoy así, estoy viviendo y no escondiéndome tras las letras.
Y aunque en varias ocasiones en estos meses en que tenía la suficiente tristeza para volver a este sitio, no lo hice esperando aprender a escribir desde la alegría.
Quería no seguir escribiendo cuando estuviera triste, pero este tiempo me ha enseñado que el no escribir acentúa mis tristezas.
Así que aquí estoy, intentando no caer aún más.
Intentando que esta depresión que me observa y sigue, no me deje más tiempo tirada en cama sin ganas de no ver ni hablar con nadie.
Aquí estoy, esperando que me vengan esas ganas de volver a levantarme y salir de casa a disfrutar de la vida.
Esperando a que me vengan esas ganas locas de tomarme un tren, un avión o un viaje cualquiera y aventurarme a un sitio completamente distinto al que estoy ahora. A algo novedoso.