viernes, 19 de febrero de 2010

En retirada


Prométeme,
que cuando ya no esté, me irás a ver...
y en esa quietud
sí me contarás todo lo que vivas.
Aún aquellas cosas que por miedo u orgullo
no te atreviste a expresar
cuando estuve presente.


Prométeme,
que me regalarás flores permanentemente,
como aquellas que dejaron de llegar
después de tu silenciosa y clandestina despedida.


Prométeme,
e ilusioname una vez más.
como ya lo hiciste en aquellos días,
que te quedarás junto a mi
el resto de la vida...


domingo, 14 de febrero de 2010

Temporada de introspección

Hay hechos que cambian drásticamente no sólo tu vida, sino también la de los demás.
Por mucho que quisiéramos (o nos quisieran) pedir disculpas por ello, tratar de enmendar el error o hacer otros actos que amortigüen, por decirlo de una manera, el golpe... no hay nada, absolutamente nada que puedas hacer por cambiar lo que ya hiciste vivir.

Yo he cometido muchos errores, especialmente en mi adolescencia. Otros lo han cometido conmigo. Y todo, todos... dejan una huella en ti.
Una marca, un pedazo del corazón que te arrancas. Una mordida al alma.

Sólo queda saber avanzar con ello, aprender de ello e intentar (sólo intentar, porque no manejamos la vida) de no volver a cometerlos.

Estos meses, han servido para tratar de entender cuáles fueron mis faltas despreciables e inconfesables, cuáles fueron simples desaciertos y cuáles fueron caídas que me llevaron por otros caminos que sin pretenderlo han sido mejores.

Siguieron las podas de amistades (sólo en una noche, me di cuenta que 5 no se acercaban siquiera a una grata compañía).
Cortes de ex-relaciones de las que había que extirpar cualquier rastro de comunicación.

Sin embargo, ha vuelto a asomarse uno, JM. (y pucha q no es fácil de erradicar!). Y he vuelto a darme una oportunidad. Porque las oportunidades, como ya lo he dicho, ahora son para mi.
Para ver y conocer, para explorar y reconocer. Para mentirme con el cuento de que "quizás sí hay un cambio".

Lo que he experimentado estos días ha sido entre simpático y amargo.
Sábado 13, principalmente triste.
Creo que hace muchísimo tiempo no me sentía así de rechazada o ignorada. ¿Lo peor? Es que de alguna forma presentí que pasaría y aún así me permití creer que podría ser distinto.

A. Harlan tenía razón. Al parecer, todavía creo en el Viejito Pascuero. Peligroso, porque tengo el atrevimiento de no querer dejar de creer.

Qué majadería la mía!!. Esto de repente se convierte en autoflagelación. ¿Será inconscientemente para "enmendar" aquellos errores de los que te hablaba?

¿Tanto cuesta encontrar a alguien que simplemente te considere, te de cariño y te respete... así! tal cual es una?

No puede ser tan difícil!!
¿O es demasiada ingenuidad y torpeza la mía?...

PD: A veces, sólo a veces, debieras entender que un "Adiós" se dice sólo una vez. Por ello es que ya rechazo tus llamadas, no leo tus mensajes, y no te pregunto como estás. Aunque sí se que estás bien.